El gran José Benito Ruiz comentaba en una de sus siempre interesantísimas charlas que “hacer fotografía de paisaje es algo relativamente sencillo; otra cosa bien distinta es lograr una fotografía de paisaje que logre impactar”.
No puedo estar más de acuerdo con el maestro y referente. Desde que empecé a viajar por mi cuenta, siempre planificaba mis viajes para alojarme en lugares cercanos a Parques Nacionales y rincones perdidos en zonas de alta montaña:
León, Asturias, Cantabria, Navarra, Huesca, Lérida, Gerona, Chamonix, Zermatt, Interlaken, Innsbruck, Cortina de Ampezzo…
Recuerdo con mucho cariño aquellas primeras fotos en 2012-2013 de los ibones de Huesca: Estanés, Acherito, Gorgutes, Batisielles…
Nos encantaba en aquellas primeras escapadas disfrutar de rutas de senderismo por Picos de Europa, Pirineos y Alpes, alcanzando localizaciones donde mientras despachaba en minutos el bocata de turno me decía a mí mismo: “aquí tengo que regresar con una buena cámara”.
Son esos paisajes con sensación de lugar, de los que te apetece llevarte para siempre a casa en tu tarjeta de memoria. Algunos de ellos decoran las paredes de mi hogar.
Senderismo y fotografía de paisaje
El senderismo, en mi caso concreto y seguro que en muchos otros casos, nos empujó de una y otra forma a aficionarnos a la fotografía de paisaje.
Me puse a leer en foros sobre cámaras y objetivos, revistas que hablaban de novedades y accesorios, formaciones on-line donde leía por primera vez sobre profundidad de campo, distancia hiperfocal, balance de blancos, temperatura de color…
Poco a poco empecé a probar diferentes cámaras, objetivos, artilugios; escuché algún que otro podcast, webinars más recientemente, cursos presenciales donde intervenían buenos ponentes, formación on-line… y poco a poco empecé a aficionarme en la fotografía de naturaleza.
Aunque no nos gustaba mucho repetir destinos en nuestros viajes, una vez aprendí los conceptos básicos de «fotografía de paisaje» y adquirí mi flamante Nikon D90, en veranos posteriores volvimos a transitar por aquellos mismos senderos por Pirineos, Picos de Europa y Alpes en búsqueda de conocidas localizaciones pero ya con una buena cámara en mis manos.
Recomendaciones
De todos los conceptos básicos y recomendaciones que aprendí durante mis primeros años de aficionado a la fotografía de paisaje, me atrevería a decirte que cualquier persona que aplique la siguiente “rutina”, conseguirá ya de inicio -y sin hablar mucho de técnica- mejorar sus fotografías de paisaje:
- Búsqueda previa de localizaciones. Lo puedes hacer fácilmente antes de viajar en foros fotográficos, con apps como Photopills, Google Maps o Google Earth, o incluso ya en destino durante esas horas de luz plana y dura. Busca lugares, rincones, ángulos donde creas que está la foto que te gustará después compartir, editar y guardar como un tesoro.
- Una vez que tienes la localización clara, “medita” la foto antes de volver allí. Localizar un lugar es como dar un primer trago a una copa de vino. Después, empieza a pensar en todos sus matices, todas sus posibilidades: toma horizontal o vertical, encuadre abierto o cerrado, las diferentes perspectivas y posibilidades que te ofrece esa localización, diagonales, fondos y texturas que encuentres ahí, si introduzco este elemento en la composición o lo dejo fuera, etc…
- Regresa a esa localización con el equipo en condiciones de buena luz para realizar la foto en función de su orientación geográfica: atardecer, amanecer, hora azul. Llévate el trípode, siempre. Llega al lugar con tiempo suficiente para hacer pruebas. Colócalo en varios puntos, analiza bien diferentes posibilidades, alturas, ángulos. No caigas en el error de plantarlo en el primer lugar que pilles y hacer todas las fotos desde ese mismo punto. El trípode, solamente creo que por cargar con él, te demanda calma, pausa, que pienses antes de pulsar el disparador.
Si eres capaz de seguir ese “itinerario inicial de consejos” antes de apretar el botón de disparo, estoy convencido que serás capaz de corregir unos cuantos errores que todos hemos cometido en nuestros inicios.
Primeros errores
- ¿Te has parado a pensar en todas las luces y efectos que te has perdido por no llevar trípode y descartar el mundo infinito de posibilidades que existen por debajo del segundo en fotografía? Nubes a la fuga, efecto seda en una cascada, el movimiento del agua en los remolinos de un río, las brumas marinas en paisajes de costa…
- Nuestro amigo “el trípode” es el accesorio que te permitirá dar quizás de forma inicial tu primer gran salto cualitativo. Te obliga a pensar la fotografía. Cuando consigas por ejemplo una captura diurna espectacular de varios segundos delante de un bellezón de cascada en un entorno de montaña, ya me dirás si es así, o no. Además, la obtención de buenos resultados en tomas diurnas de varios segundos te animarán a probar en la fotografía nocturna.
- ¿Sabes que es la distancia Hiperfocal? Si no te suena este concepto, tengo dos noticias buenas para ti. La primera, ahí va una definición rápida para que aprendas a enfocar de la forma más «académica» posible: es aquella distancia a la cual enfocas y consigues que desde la mitad de esa distancia hasta infinito esté todo “a foco”.
- La segunda buena noticia: puedes descargar de forma apps gratuita como “Hyperfocal” o de pago como «Photopills». Abres la app, informas el modelo de tu cámara, la distancia focal de tu lente y la apertura a la que tomarás la foto y te indicará la distancia hiperfocal.
- Por ejemplo, para mi Nikon D750, un objetivo fijo de 35mm y una apertura de diafragma de f8, la aplicación me informa que la hiperfocal se encuentra a 5.3 metros.
- Esto quiere decir que si enfoco a cualquier objeto que se encuentre a aproximadamente 5 metros y medio -preferible pasarse un poquito que quedarse corto-, pongo entonces en enfoque en modo manual, encuadro y disparo, todo aquello que se encuentre desde la mitad de esa distancia -aproximadamente 3 metros- hasta infinito quedará perfectamente enfocado.
- Muchas veces enfocamos a infinito -a aquel pico que se ve al fondo-, y desperdiciamos una buena porción de profundidad de campo en el primer plano, quedando fuera de foco los elementos más cercanos a nuestra posición.
- Acostumbrándote a enfocar a la distancia hiperfocal, conseguirás optimizar el enfoque en tus paisajes.
- ¿Cómo sería “esa foto que tienes en mente” al amanecer, al atardecer, durante la hora siguiente a que se ponga el sol? ¿y de noche? Pues eso, agarra el trípode y busca las mejores luces.
- Es básico en fotografía entender la luz, su dirección, intensidad, color…a veces estarás de paso por un lugar y no tendrás otra oportunidad. Pero si estás por allí unos días, ¿por qué no planificar una sesión al atardecer en ese lugar en concreto y disfrutar de las mejores condiciones de luz para esa localización?
El triángulo de exposición en fotografía de paisaje
- Velocidad de obturación: aunque teniendo un buen pulso y disfrutando de las actuales lentes estabilizadas, se pueden conseguir muy buenos resultados a 1/8 e incluso 1/4 segundos, trata siempre de aplicar la regla de seguridad que nos dice que la velocidad de obturación a fijar debe ser el doble de la distancia focal elegida. Esto es, si disparas con un 50mm, la velocidad mínima de seguridad sería 1/100 segundos.
- Apertura de diafragma: en fotografía de paisaje rara vez suele utilizarse aperturas de diafragma superior a f8 u f11. Por encima de estos valores sacrificaremos nitidez debido al efecto óptico de la “difracción” (al cerrar tanto las palas del diafragma se genera un orificio muy pequeñito por el que pasa la luz, las ondas de luz se deforman y llegan a nuestro sensor de forma distorsionada, generando ese efecto de falta de nitidez).
- El punto dulce, donde se consigue la mayor nitidez en casi todos los objetivos, suele estar dos pasos por encima de su apertura máxima (en la mayoría de las lentes, f8). Solamente utilizaremos valores de apertura de diafragma altos (f18, f22) cuando busquemos el efecto estrellado del sol entre los árboles o en aquellas situaciones donde esté parcialmente tapado. Como regla general, para paisajes f8, f9, incluso f11 van perfectos para maximizar la profundidad de campo sin afectar a la nitidez.
- Nivel ISO: el 99% de mis fotografías de paisaje están realizadas con nivel de ISO 100. Llévate a casa un fichero de la máxima calidad posible y sin ruido.
Filtros
El segundo gran salto de calidad en tus fotografías de paisaje vendrán con el perfeccionamiento en el uso de los filtros:
- Densidad Neutra: nos ayudan a alargar el tiempo de exposición
- Degradados: nos ayudan a nivelar las luces en la escena
- Degradados inversos: muy utilizado en paisaje de costa para fotografía de amaneceres y atardeceres
- Polarizador circular: evita reflejos, intensifica colores
Con ellos podremos alargar exposiciones -diurnas y nocturnas-, igualar excesivos contrastes entre las zonas de altas luces y sombras de nuestros encuadres y evitar molestos reflejos en superficies metálicas o de agua.
Próximamente dedicaremos una entrada de nuestro blog a estos accesorios tan importantes en la fotografía de paisajes.
Balance de blancos
Te recomendamos que empieces utilizando los modos semiautomáticos predefinidos en tu cámara:
- Luz diurna en días soleados
- Cielos nublados
- Sombras
- Luz fría (tubos fluorescentes)
- luz cálida o incandescente (bombilla de luz cálida).
Después, cuando llegues a casa, empieza “a trastear” con tu software de revelado y las opciones que te permita su ajuste manual de la temperatura de color o balance de blancos (en grados kelvin) en tus ficheros RAW.
Trata de perfilar el color de la luz tal y como la percibiste cuando hiciste la foto. Cuando te familiarices con todo eso de los tonos fríos y los tonos cálidos, no dejes que la cámara elija por ti.
Selecciona temperaturas de color en función de la atmósfera “azulada” o “anaranjada” que le quieras dar a ese amanecer o a ese atardecer simplemente eligiendo diferentes temperaturas de color.
Comprobarás la diferencia de utilizar temperaturas de color de 3.300K, 4.800K, 5.500 o 7.000K y la dominarás tras unas cuantas pruebas y sesiones.
Composición y profundidad de campo
Te recomiendo que leas artículos y libros sobre “Composición y sus principales reglas”.
A veces, simplemente estarán para romperlas. Pero debes conocerlas primero, y teniendo en mente solo un puñado de ellas y aplicándolas correctamente:
- Evitarás horizontes caídos en tus imágenes
- Aplicarás correctamente la reglas de los tercios
- Sabrás donde ubicar los principales puntos de interés
- Hacia dónde se debe dirigir la mirada de tu protagonista
- Aprovecharás reflejos
- Verás diagonales, simetrías…
Logra gran profundidad en tus capturas ubicando un elemento en primer plano, el sujeto principal en un punto de interés de la composición elegida y remata la captura un buen fondo detrás del sujeto.
Guía la mirada de tus futuros seguidores a lo largo de tus fotografías.
Cuéntanos la historia de esa toma.
Viajes Fotográficos
Empieza aplicando poco a poco todos estos consejos. Profundiza en ellos. Y disfruta en tus salidas fotográficas, a ser posible siempre bien planificadas y en buena compañía.
Los resultados en tus fotografías serán cada vez mejores y poquito a poco sentirás la necesidad de ir ampliando conocimientos. No tiene solución cuando llegues a ese punto: estarás enganchado.
En la Cámara Viajera somos especialistas en organizar viajes para pequeños grupos donde los protagonistas son la naturaleza, los paisajes, el senderismo y la observación de fauna.
Nos gusta aprovechar las mejores fechas para fotografiar el otoño, el espectáculo natural de la berrea, el celo de la cabra montés, realizar un sendero con raquetas de nieve por las inmediaciones del Parque Nacional de Ordesa o la fotografía de grandes machos de oso pardo en Finlandia.
Puedes echar un vistazo a una relación de los destinos en los que nos sentimos como en casa. Por otra parte, estaríamos encantados de planificarte con mimo cuidando cada detalle un itinerario a medida al destino que tú elijas en el que disfrutes al máximo de la fotografía de paisaje.
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