Otro sueño cumplido
La semana pasada, aprovechando que no había restricciones para desplazarse desde Madrid a Extremadura, pudimos finalmente concretar nuestra visita a una finca privada en la Sierra de San Pedro para realizar una salida fotográfica de Águila Imperial que teníamos planificada desde esta pasada primavera.
El objetivo era disfrutar -durante dos jornadas- de un nuevo intento para tratar de fotografiar a esta esquiva especie con la que llevábamos una impoluta serie de cinco fracasos consecutivos en tres diferentes aguardos de la Sierra de Gredos, Montes de Toledo y Sierra Morena.
El escenario extremeño en esta ocasión era el idóneo: fondo de bosque y matorral mediterráneo con las luces suaves del invierno.
Y…a la sexta, fue la vencida. Tres años en conseguir la foto soñada. Indescriptibles las sensaciones al verla llegar remontando el valle al posadero tras varios vuelos de reconocimiento por encima de nuestra ubicación.
Qué mejor forma de celebrarlo que con la inauguración de la sección de fauna en nuestro blog.
Aquila adalberti
Se trata, junto al Águila Real (Aquila chrysaetos), de las dos águilas de mayor tamaño residentes en la Península Ibérica. «La Imperial» es endémica de la Península Ibérica y una de las cuatro especies de aves de presa más amenazadas del mundo, la más escasa a nivel europeo. Estuvo al borde de la extinción en los años sesenta y ochenta (menos de 30 parejas reproductoras censadas por aquel entonces; 520 parejas en el censo del año 2017).
Las causas fundamentales de su fuerte retroceso durante el siglo XX estuvieron provocadas por la disminución de las poblaciones de conejo (muy dañadas por mixomatosis y neumonía hemorrágica vírica), electrocución de ejemplares en tendidos eléctricos, uso de venenos en cotos privados de caza, reducción de su hábitat por construcción de infraestructuras públicas y algún que otro disparo perdido -o no tan perdido- en actividades cinegéticas (cada vez menos, gracias a los programas educativos).
¿Sabes por qué se llama «Aquila Adalberti»?
El Águila Imperial Ibérica fue identificada como especie endémica peninsular a mediados del siglo XIX por un naturalista alemán, Christian Ludwig Brehn. La bautizó así en honor al príncipe prusiano Adalberto que financió sus expediciones a España.
Identificación
¿Sabrías reconocer al Águila Imperial frente a cualquier otro ave rapaz?
Si no lo tienes claro, échate un vistazo a la galería fotográfica del Águila Imperial que estrenamos esta semana en nuestra web.
El ejemplar fotografiado por «La Cámara Viajera» hace unos días lucía un espectacular plumaje adulto. En este otro enlace te dejamos información completísima de «Seo-Birdlife» sobre su identificación, hábitat, reproducción y principales amenazas a día de hoy, incluso podrás escuchar su canto.
De cualquier manera, te dejamos aquí un buen resumen de esta especie emblemática de la fauna ibérica:
- Nombre científico: Aquila Adalberti.
- Ave rapaz diurna endémica de la Península Ibérica, no existe en ningún otro lugar. Algún ejemplar joven migra en invierno al norte de África buscando mejores temperaturas, aunque el cambio climático está haciendo que cada vez se vean menos ejemplares por Marruecos, donde se la considera extinguida.
- Habita en el cuadrante sur occidental de la Península Ibérica, fundamentalmente en sierras donde predomina el monte y matorral mediterráneo. Busca valles tranquilos, alejados de ruidos y actividades humanas. En muchas ocasiones anidan en las grandes fincas privadas de caza. Puntualmente también cubre territorios de marismas y dunas en el sur, o pinares en el centro peninsular, pero su territorio preferido es el del bosque mediterráneo donde se combine la suficiente cobertura arbórea para anidar con espacios relativamente abiertos y despejados para cazar.
- Salvo los ejemplares jóvenes, la especie es residente y permanece en un mismo territorio de forma estable. Hay tres grandes núcleos poblacionales que permanecen bastante aislados entre sí: núcleo sur (zona de Doñana), núcleo central (Sierra Morena, Sierra de Cazorla y Montes de Toledo) y el núcleo más al norte (Extremadura, Gredos, Guadarrama y Guadalajara).
- Alcanza los 220 cm de envergadura, 80-85 cm de altura y peso medio algo superior a los tres kilos.
- Las hembras son más grandes que los machos (dimorfismo sexual), entre un 10 y un 15% superior en tamaño.
- Son aves muy longevas, aunque rara vez superan en libertad los veinte años.
- Se reconoce a los ejemplares adultos fundamentalmente por las dos grandes manchas blancas en los hombros que destacan sobre su plumaje de color marrón oscuro y su cabeza y nuca de color dorado o amarillo pálido.
- Águila de gran tamaño, pico fortísimo, garras poderosas y plumaje muy oscuro idéntico para machos y hembras, aunque el plumaje va variando con la edad desde los tonos rojizos para los ejemplares juveniles de primer año, pasando a unos tonos amarillos de color pajizo durante el segundo y tercer año (a estos ejemplares se les denomina «pajizos»). Posteriormente van intercalando plumas amarillas claras con plumas de tonos marrón oscuro (plumaje bicolor, entre el tercer y quinto año, por lo que se les denomina «dameros», por su patrón ajedrezado), hasta que alcanzan su madurez sexual a partir de los seis años y lucen su plumaje oscuro de adulto, hombros blancos y cola de un color pálido más claro que destaca sobre el resto del plumaje oscuro).
- Canto: emite una especie de cacareo «oc-oc-oc» que en ocasiones puede confundirse con el del cuervo.
- Especie declarada en Peligro de Extinción, con una población estimada en la actualidad superior a las 500 parejas reproductoras (entre 30 y 45 a final de los años setenta y principios de los años ochenta), exclusivamente en la Península Ibérica. Las últimas tres décadas ha tenido una excelente recuperación gracias a los programas de protección y conservación (la especie está incluida en la Directiva 2009/147/CEE para la Conservación de Especies Migratorias, Convenio de Berna relativo a la Conservación de la Vida Silvestres y Hábitats Naturales Europeos, Convención sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora (CITES) y decretos autonómicos de Castilla La Mancha, Castilla León, Madrid, Extremadura y Andalucía donde se la declara especie en peligro de extinción y se recogen la mayoría de propuestas para su conservación).
Alimentación
Su alimento favorito es el conejo, aunque debido a su escasez en estas últimas décadas, muchas parejas han cambiado de menú: liebres, perdices, palomas, patos, lagartos, topillos, culebras, crías de zorro…y carroñas en tiempos de escasez invernal.
Ciclo reproductor
- Los ejemplares empiezan a reproducirse por lo general a partir del cuarto año. Una vez se forma la pareja, lo hace para toda la vida y suelen regresar al área donde nacieron.
- Los nidos los construyen normalmente en grandes árboles: alcornoques, eucaliptos y pinos. Colaboran ambos progenitores en su construcción y mantenimiento, y su tamaño es realmente notable, alcanzando diámetros superiores a los dos metros y medio y alturas de casi los dos metros. Lo normal es que cada pareja tenga preparados en su territorio 2 o 3 nidos y cada año vaya eligiendo el árbol que mejor protección les facilite.
- El «celo» comienza a final de diciembre, observándose las primeras cópulas durante el mes de enero. Las puestas de huevos (entre 1 y 3, excepcionalmente 4) tienen lugar en la segunda mitad de febrero o primeros días del mes de marzo.
- La incubación corre a cargo de los dos ejemplares durante 44/45 días, observándose generalmente el nacimiento del primer pollo durante el mes de abril o primeros días de mayo. Una vez nacidos, los pollos son alimentados con esmero por sus padres durante dos meses y medio en el nido.
- En muchas ocasiones se producen sucesos de «cainismo» entre los pollos al disputarse el alimento en años de escasez. El pollo nacido un día antes suele ser el más fuerte e impide que su hermano menor se alimente, lo que explica cerca del 40% de la mortalidad en el nido de los pollos (20% derrumbes del nido, 15% enfermedades y desnutrición, y el 25% por varias causas como molestias humanas, depredación por otras especies, expolios). Normalmente es raro que cada pareja saque adelante más de un ejemplar cada año.
- Al final del verano (agosto/septiembre) se atreven con sus primeros vuelos, y durante un tiempo son alimentados por sus padres fuera del nido, comenzando posteriormente un período bastante errático de gran dispersión geográfica durante sus primeros dos años, hasta que comienzan a fijarse en un territorio cuando encuentran pareja, normalmente a partir del tercer invierno.
Desde La Cámara Viajera te animamos a que colabores con nosotros para la conservación de este tesoro faunístico y en la conservación de su hábitat, que en muchas ocasiones coincide con la del Lince Ibérico. Durante los próximos meses nos encantaría ser socios colaboradores de «Fundación Amigos Águila Imperial, Lince Ibérico y Espacios Naturales de Carácter Privado» y «Seo Birdlife».
Distribución
La Población del Águila Imperial Ibérica ha tenido un crecimiento notable en las últimas cuatro décadas (132 parejas en el año 1999 vs 520 parejas en el año 2017) gracias a diferentes estrategias y planes de conservación.
Si en el año 2013 se registraron 407 parejas reproductoras, las buenas cifras de puestas, nacimientos y vuelos de pollos en este último lustro hace que esa cifra haya quedado bastante por debajo de las cerca de más de 575 parejas estimadas en 2020 (520 parejas censadas en el año 2017 por el Ministerio para la Transición Ecológica -MITECO-).
Se viene observando un ritmo de crecimiento de aproximadamente 21 nuevas parejas estables cada año.
En aquel año 2013, aproximadamente esas 407 parejas censadas por entonces se distribuían de la siguiente manera:
- 150 parejas en Castilla La Mancha
- 91 parejas en Andalucía (107 en el año 2017)
- 56 parejas en Castilla y León (89 en el año 2016; 112 pollos en ese año)
- 50 parejas en Extremadura
- 49 parejas en Madrid (73 parejas en el año 2019; solamente 23 parejas en el año 1999)
- Presencias puntuales (1 pareja) en las provincias de Zamora, Guadalajara, Cádiz y Granada
- 11 parejas en Portugal (Alentejo)
Conservación
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se vienen autorizando capturas de conejos de monte en áreas urbanas y zonas aeroportuarias (Barajas) para repoblar otras áreas (han llegado a anidar parejas de Imperial dentro del Aeropuerto y en fincas cercanas a Paracuellos del Jarama, con el consiguiente peligro que implica para la aviación). Estamos hablando de más de 400.000 conejos que han sido liberados en zonas del norte y noroeste de la provincia y que sirven año tras año como alimento a las Imperiales para sacar adelante a sus pollos.
Las Administraciones Públicas («Estrategia para la Conservación del Águila Imperial en España y Portugal») están desarrollando planes de conservación y protección del hábitat de la especie y sus nidos. Se dedica muchísimo tiempo, recursos económicos y humanos -guardas, biólogos y agentes medioambientales- a cargo de empresas públicas de las distintas Comunidades Autónomas en localizar las nuevas parejas, realizar su seguimiento y control, reparar sus nidos tras tormentas y temporales de viento, aportar alimentación suplementaria en los territorios de cría, evitar cualquier tipo de molestia en período reproductor y realizar el marcaje de los pollos para analizar sus movimientos.
Se han regulado de forma estricta muchas de las actividades humanas (limpieza de montes, mantenimiento de cortafuegos, trabajos de desbroce, obtención de madera, descorches, recolección de setas) que se realizan en las fincas donde existe población residente de la especie, para evitar cualquier tipo de molestias en el período de reproducción.
La incorporación del sector privado a la gestión activa del hábitat del águila imperial ibérica ha sido otro factor muy positivo. En España, se han suscrito acuerdos de colaboración entre ONGs y AAPP con propietarios privados de fincas con presencia de la especie. Más del 80% de los nidos se sitúan en terrenos de titularidad privada.
Se han agilizado los procedimientos administrativos y penales por casos de envenenamiento y se han mejorado las acciones de sensibilización y disuasión en el uso del veneno mediante la puesta en marcha de patrullas caninas.
Se está realizando labores de marcaje a individuos de la población de Águilas Imperiales con radiotransmisores GPS, lo que permite tener perfectamente localizado al ejemplar, conocer sus límites territoriales, movimientos e incluso aquellos puntos exactos donde pudiera dejar de emitir su señal en caso de producirse un accidente (localización exacta del lugar que pudiera estar relacionado con algunas de las causas de fallecimiento: electrocución, veneno).
Se siguen realizando estudios encaminados a detectar puntos negros por fallecimiento por electrocución en tendidos eléctricos de diferente titularidad y propuestas recurrentes para la modificación y corrección de las líneas eléctricas (La Junta de Andalucía realizó un excelente trabajo en este asunto desde mediados de los años noventa), lo que ha ayudado a reducir significativamente la mortalidad en algunas provincias. Esta causa supone más del 50% de la mortalidad no natural de la especie (270 ejemplares entre 1989 y 2012). En ese mismo período el otro 45% de mortalidad se correspondió con el envenenamiento por cebos en explotaciones cinegéticas, ganaderas y agrícolas con el objetivo de mantener a raya a especies depredadoras (zorros y rapaces).
Las estadísticas relativas al furtivismo, espolios de nidos y disparos de cazadores, van en franca regresión, siendo actualmente en el año 2020 un factor residual.
Las labores de información, formación y educativas desde las edades más tempranas, junto con la colaboración de asociaciones conservacionistas y fincas privadas para generar riqueza en el entorno rural con la especie mediante actividades respetuosas de observación y fotográficas, deberían ser piezas clave que asegurasen de forma firme el futuro de esta y otras especies emblemáticas de nuestra fauna ibérica.
Cuando la Naturaleza se equivoca
Se ha detectado algún caso puntual de hibridación del águila adalberti con otras especies como el águila esteparia europea (Aquila nipalensis), una especie utilizada en cetrería pero que también sobrevuela la península en sus desplazamientos migratorios entre Centroeuropa y el continente africano.
El nacimiento de ejemplares de este tipo de híbridos fue verificado en territorio español no hace muchos años y requirió de un enorme esfuerzo para evitar el daño genético que pudiese haber causado a la pureza de la especie.
No te pierdas la historia de «Alba y Chocolate», el amor prohibido de dos grandes águilas.
Viajes fotográficos
Actualmente estamos negociando con diferentes fincas privadas acuerdos para que nuestros «Camarad@s» puedan disfrutar de la inolvidable experiencia de observar y fotografiar esta y otras especies en las mejores condiciones, siempre dando prioridad al respeto y conservación de la especie.
En este tipo de experiencias temáticas exclusivas de pocos días y para muy pocos afortunados no te tendrás que preocupar absolutamente de nada, solamente de disfrutar de talleres prácticos de fotografía de fauna, buen alojamiento, buena gastronomía y otras sorpresas de turismo rural sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Tener la oportunidad de ver volar un Águila Imperial adulta es una experiencia realmente única.
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Hasta la próxima semana.