Canadá Parques Nacionales

Embarque en vuelo regular con destino Vancouver. 

Llegada y traslado al hotel.

Resto del día libre para tomar contacto con la ciudad, que disfruta de un emplazamiento privilegiado a orillas del océano Pacífico.

Desde el Stanley Park tienes unas vistas espectaculares para tomar tus primeras buenas fotos al anochecer sobre Vancouver.

Día libre en el que os sugerimos realizar una visita en un cómodo ferry a Victoria (capital de Vancouver Island), o bien como plan alternativo una navegación guiada (en inglés) para apreciar de cerca la rica fauna marina que puebla las aguas del Pacífico: águilas calvas, leones marinos, focas, delfines, orcas y ballenas grises, son algunas de las especies que pueden ser avistadas por aquella zona en función de la época del año.

Para la primera opción, os debéis dirigir al sur de la ciudad de Vancouver, concretamente al puerto de Tsawwassen, embarcando en el ferry a Victoria (Schwartz Bay). Una vez que lleguéis al puerto de la isla, la línea 70 de bus os deja en el centro de Victoria; por la tarde para regresar desde Victoria a Vancouver, podéis regresar en el mismo ferry o bien valorar la posibilidad opcional de regresar en hidroavión, disfrutando de unas excelentes vistas aéreas de la bahía durante aproximadamente media hora de trayecto. Os llamará la atención el contraste de la modernidad de Vancouver frente a la arquitectura tradicional británica que contemplarás en la isla.

Para la segunda opción, la navegación para avistar fauna marina, te debes dirigir al “Prince of Whales” Adventure Centre y comprar los tickets con al menos media hora de anticipo. Si el tiempo acompaña y el mar está calmado, desde La Cámara Viajera recomendamos esta segunda opción. Objetivo fotográfico: alguna buena captura de un águila calva (o de cabeza blanca).

Segunda noche en Vancouver.

Se realiza a primera hora de la mañana una visita guiada por Vancouver para conocer los atractivos del sur de la ciudad: el exótico Chinatown, el histórico barrio de Gastown, el Parque Stanley, pulmón verde con su singular bosque de tótems -que quizás ya conozcas de tu primer día-, y la isla de Granville, animada área comercial repleta de restaurantes, galerías de arte y teatros.

Después dejaremos atrás Vancouver y partiremos hacia el norte transitando por la espectacular “Sea to Sky Highway”, carretera escénica que discurre por la costa del fiordo Howe y atraviesa varios parques provinciales que bien podrían ser Parques Nacionales en cualquier otro país que no disfrute de la riqueza natural de Canadá. Por el camino contemplamos “The Chief”, un majestuoso peñón granítico con vistas al valle de Squamish.

Por la tarde llegada a Whistler y tiempo libre para recorrer sus calles o subir opcionalmente en uno de los teleféricos más famosos del país, el Peak 2 Peak, que conecta las montañas Whistler y Blackcomb y ofrece unas vistas espectaculares de la región.

En esta cuarta jornada, dejaremos atrás la villa montañesa de Whistler.

Acompañados a lo largo de nuestra ruTa por los bellos paisajes de los lagos Duffey y Seton, llegaremos a Kamloops.

Se trata de una apacible localidad bañada por el lago del mismo nombre, antesala de las Rocosas, localidad de paso para alcanzar durante las próximas jornadas los grandes Parques Nacionales del Este de Canadá: Jasper y Banff.

Las próximas tres jornadas discurrirán en el corazón de Las Montañas Rocosas, la gran cadena montañosa que, desde Alaska y hasta la frontera con México, transcurre paralela a la costa del Pacífico.

Nuestra primera parada será en el Parque Provincial de Mount Robson para contemplar la cima más alta de la cordillera continental, con casi cuatro mil metros de altura.

Bordeando el lago Moose penetramos en el Parque Nacional de Jasper, conformado por anchos valles, cumbres escarpadas, bosques de coníferas y como grandes protagonistas los glaciares y campos de hielo más grandes al sur del Ártico.

Aprovecharemos la tarde para pasear por la agradable localidad que da nombre al Parque Nacional: Jasper.

Abandonaremos temprano nuestro alojamiento en Jasper para acceder a las cascadas de Athabasca que, con una caída de 23 metros, destacan por su amplio caudal.

Más tarde, la famosa “Avenida de los Campos de Hielo”, la ruta que comunica los parques de Jasper y Banff, nos conduce hasta el glaciar Athabasca, al cual accedemos a bordo de un Ice Explorer, vehículo especialmente adaptado al terreno. 

Nuevas paradas camino a Banff nos permitirán contemplar los lagos Bow & Peyto, además del glaciar Pata Cuervo (accesible solamente en verano).

Si tenemos suerte en nuestro camino veremos algunas de las especies emblemáticas de la fauna canadiense: osos negros, grizzly, lobos, coyotes, alces, águilas calvas, zorros…

Llegada y alojamiento en el pueblo de Canmore.

Dedicaremos la mañana a visitar el famoso lago Louise que, escoltado por el glaciar Victoria, es admirado como uno de los escenarios naturales más impactantes del planeta.

Posteriormente conocemos el lago Moraine, de aguas azul turquesa y rodeado de diez picos semi-ocultos por bajas nubes.

En el camino de regreso a Canmore, donde haremos una segunda noche en el mismo alojamiento que el día anterior, visitaremos uno de los lagos con mayor encanto del Parque Nacional de Yoho, el lago Esmeralda, con un color azul turquesa en sus aguas.

Saldremos temprano desde Canmore hacia el pintoresco pueblo de Banff, en la provincia de Alberta, donde disfrutaremos de tiempo libre para pasear por sus calles y realizar compras en Banff Avenue, la calle principal de esta villa alpina, y visitar el teleférico de Banff.

Por la tarde partimos hacia Calgary, la capital de Alberta, una ciudad en la que convive el espíritu del viejo oeste norteamericano con un moderno centro comercial y de negocios.

Mañana libre para recorrer libremente la ciudad de Calgary-

A la hora indicada, recogida en el hotel y traslado al aeropuerto con tiempo suficiente para realizar el embarque del vuelo de regreso a España.

Noche a bordo.

Llegada a España y fin del viaje.